En los últimos años cada vez han proliferado más las empresas de créditos rápidos. Son tan comunes, que las encontramos en todo tipo de medios de comunicación, dejando ver lo fácil que es acceder al dinero que necesites en cuestión de minutos. Llegados a este punto, todo bien, ¿no? Lo que no te explican es todas las dificultades a la hora de devolverlo y lo que sucede cuando te retrasas en alguna cuota. Esto lo especifican en la letra pequeña del contrato, y su contenido no es nada agradable. Así que, ¿es fiable un crédito rápido?
A continuación, dejaremos un ejemplo de lo mencionado anteriormente.
Como hemos comentado, ¿a que a primera vista no hay nada que nos haga sospechar? En este caso vamos a fijarnos en el texto que incluyen debajo de la imagen.
Recalcaremos lo que consta para que se lea correctamente: «Sometido a aprobación de Internacional Personal Digital Spain S.A.U. Ejemplo representativo: crédito de 1.000 €. A devolver en 24 meses. Interés fijo anual 35,88%. Cuota mensual 58,98 €. Sin comisión de apertura, de estudio, o por cancelación anticipada. TAE 42,41%. Cantidad total a devolver 1.4115,52 €. Otros términos y condiciones en Creditea.es».Efectivamente, añaden un texto con letra minúscula de color blanco con un fondo claro. ¡Se nos hace prácticamente imposible leerlo! Y sí, habéis visto bien, 42,41% TAE. Es alucinante.
Los riesgos de los créditos rápidos
Si hay algo que caracterice a este tipo de créditos es su facilidad para solicitarlo y la rápida concesión del mismo. Debido a estas escasas restricciones es muy fácil caer en la trampa de los créditos online. La cuestión es cuando este tipo de entidades no son tan favorables como nos quieren hacer creer y se aprovechan de la necesidad que tiene el solicitante de necesitar efectivo urgentemente. Cuando nos damos con un caso así, se suele firmar el acuerdo sin previamente valorar si realmente las condiciones son aceptables o de lo contrario estamos adquiriendo un producto con un riesgo elevado.
Es cierto que estas entidades son transparentes con el coste que conlleva sus servicios. Es común encontrar un simulador en sus páginas online donde podemos conocer de forma exacta el coste que tendrá la concesión del préstamo.
Pero donde debemos prestar atención es en las condiciones de dicho contrato. La empresa puede promocionar sus créditos de maneras beneficiosas para que los consumidores se sientan atraídos por sus facilidades y accedan rápidamente, pero en el contrato aparecerán los supuestos que determinarán tanto el coste como la manera de actuar.
Por eso, mejor evitar cualquier tipo de riesgos y si realmente vamos a hacernos presa de un crédito rápido, repasar con plena atención las condiciones del contrato y lo que nos ofrecen.
¿Son los créditos rápidos un producto de riesgo?
Dependerá de lo que conste en nuestro contrato. Es cierto que hay infinidad de empresas de este sector que van con la verdad por delante y hacen saber al cliente por adelantado toda aquella información que es necesaria para este tipo de transacciones. Pero cierto es, que el cliente juega un papel fundamental en esta historia, y debe tomarse el tiempo para leer las condiciones de dicho contrato. Si no lo hace, puede encontrarse con problemas a la hora de los pagos. Normalmente ninguna empresa nos tendría que solicitar ser avalados para concedernos un préstamo de una cuantía baja. Pero cuando hablamos de cantidades más elevadas, sí que podemos encontrarnos con que se nos exija alguna garantía hipotecaria. Si se nos da el caso y debemos ofrecer nuestra vivienda o el coche como garantía en caso de insolvencia, debemos meditarlo en exceso y asegurarnos que se podrá hacer frente al compromiso. Si tomamos esta decisión a la ligera, existe el peligro de que el crédito se convierta en una ruina.
Los problemas de los créditos rápidos
Diferenciamos dos tipologías de clientes para los créditos rápidos, tarjetas revolving y resto de fórmulas de financiación rápida:
- Comprador por Impulso. Constan de personas solventes viven al día y ven en el crédito rápido una forma de solucionar su problema. Cuando tienes una necesidad o no, y te ofrecen alternativas tan sencillas para conseguir dinero, es difícil no caer.
- Comprador por Necesidad. A muchos de vosotros seguro que os resulta familiar esta situación o conocéis a alguien que lo ha hecho: Pedir un préstamo para pagar otro. Cuando no llegas a fin de mes porque tus ingresos no son suficientes para pagar los gastos de tus mínimos vitales (vivienda, alimentación, suministros, educación…) y las cuotas de los préstamos, te agobias, pero ves en la televisión un anuncio en el que te dan un préstamo de 3000 € en 10 minutos o cuando accedes a tu banco online o en el cajero, ves un preconcebido de otros 3.000 €. Ya está, has pedido el préstamo para pagar otros. Confías en encontrar un mejor trabajo, un ascenso, más horas, la lotería, pero no llega, y en dos meses se vuelve a producir la situación y pides otro préstamo para pagar los intereses de los anteriores.
En ambos casos, tienes que conocer bien las características y la letra pequeña de estos productos financieros.
Ejemplo de pedir un crédito rápido
Antes de pedir un crédito rápido vale la pena que leas lo que viene a continuación. Este tipo de empresas que proporcionan los créditos rápidos, se ha disparado su crecimiento en los últimos años. Como sabemos, ofrecen un producto con una publicidad muy atractiva que incita que las personas necesitadas “caigan en la trampa”.
Para ponernos en contexto, ponemos un ejemplo bien claro. Imaginemos un crédito de 3.000 €, con un plazo máximo de 3 años. El usuario tendrá que pagar 3.565,87 € de intereses. Por tanto, deberá 6.565,81 €, con un TAE del 80,8%.
Vemos otro ejemplo visto en el gráfico de la derecha.
Motivos por los que no confiar en los préstamos rápidos
Después de exponer los riesgos que pueden suponer los créditos rápidos, mostraremos los motivos que nos deben hacer plantearnos nuestra idea de adquirir un crédito rápido.
- Pedir este tipo de créditos cuando se está en una situación delicada económicamente suele empeorarla más. Esto se produce porque en caso de no poder pagar los intereses de este tipo de crédito hace que se eleven más, haciendo que empeore tu situación económica por la imposibilidad de pagar.
- Consecuencias desastrosas en caso de no pagar los intereses de estos créditos. Además del incremento de los mismos, se puede producir la inclusión en el registro de morosos y la posibilidad de venta de la deuda a una empresa de recobros.
- Las condiciones en que te conciben este tipo de créditos. Pese a que la normativa establece “la obligación de evaluar la solvencia de quien lo solicita y asesorar al consumidor”, este tipo de empresas te prestan el dinero prácticamente sin ningún tipo de requisito.
- La letra pequeña. En teoría, la empresa que concibe el préstamo debe informar al cliente de las condiciones que comporta. Sin embargo, no sucede esto. Lo que suelen hacer este tipo de empresas es publicar todas las condiciones en la página web y, de esta manera, la empresa cree que ya no es necesario explicar las condiciones. Asimismo, en el caso de que haya una reclamación, la empresa “se limpian las manos” y tendrá siempre la razón.
- La alternativa. Utilizar los créditos rápidos debe ser, por no decir nunca, la última opción. La alternativa más recomendable para librarse de las deudas es beneficiarse de la Ley de la Segunda Oportunidad.
Si hacemos una conclusión de toda la información que hemos explicado anteriormente, los créditos rápidos no tienen por qué ser un producto más arriesgado que otros productos financieros. Debemos estudiar previamente las condiciones y tomar una postura responsable sabiendo lo que puede ocurrir si no estudiamos en profundidad las cláusulas del contrato que nos ofrecen. De igual modo, existen empresas que buscan aprovecharse de las situaciones más precarias de las personas y que les llevan a tomar decisiones precipitadamente. Por eso es de vital importancia que detectemos a este tipo de malhechores y evitemos contraer ningún tipo de préstamo.
Esta solución la puedes encontrar con TU SEGUNDA OPORTUNIDAD, especialistas en la Ley de la Segunda Oportunidad.