En este último año seguramente nos hemos cansado de escuchar la palabra ‘
pandemia’ y ‘
COVID-19’. Y es que este problema mundial no nos ha dado ni un minuto de tregua en estos angustiosos meses, donde hemos presenciado momentos devastadores a
nivel social y personal. Las principales preocupaciones de la población pasaron a ser la
salud propia y de sus allegados delante de una enfermedad infecciosa de tal calibre. La vida de muchas personas se vio cobrada y junto a ellas, el dolor incalmable de familiares que tuvieron que pasar alejados de las personas que más querían sus últimos momentos.

Los meses de confinamiento hicieron mella en la
salud mental de una gran mayoría de personas. De este modo, se han visto incrementado los
casos de depresión y ansiedad debido a la situación que atravesaba el mundo en ese momento. Si algo no debemos pasar por alto, es el gran bache que lleva atravesando la economía desde entonces.
La estabilidad financiera de miles de familias se vio sacudida por un
mar de restricciones que les impedían poder desarrollar sus negocios con normalidad. No debemos olvidar que, al estallar el
Estado de Alarma, todos los negocios –
excluyendo los servicios de primera necesidad– tuvieron que cerrar sus persianas con la incertidumbre de cuanto tiempo iban a tener que mantener aquello que les daba alimento cerrado.
La pandemia invocó una crisis financiera
En los primeros días de conocer la enfermedad que posteriormente saquearía nuestro país, nunca nos llegamos a imaginar de todo lo que podría generar en todos y cada uno de nosotros. La economía básicamente se paralizó, y con ella, todo el ciclo económico normal que genera. Nos vimos rodeados de
ERTES, ayudas por parte de las administraciones y otro tipo de
‘soluciones’ impuestas por el gobierno para paliar de una manera u otra los efectos que tendría en los hogares. Esto llego a tal extremo, que
muchas familias se quedaron sin los ingresos de todos los miembros que se encontraban desarrollando un empleo en ese momento.

Los negocios más saqueados por esta pandemia sin duda son
comercios, bares, restaurantes y ocio nocturno. Estas empresas han pasado y siguen pasando a día de hoy momentos duros y difíciles con una pregunta en común, ¿
Cuándo podremos desarrollar nuestra actividad con ‘normalidad’? Una vez la situación empezó a remitir y
las restricciones les permitieron una tregua. Tanto bares como restaurantes pudieron empezar a abrir con control horario y aforo. ¿Esto les permite hacer frente a los pagos que genera un negocio de estas características?
La respuesta es no.
Después de hablar con hosteleros de la zona, todos ponen en común una opinión y es que en estas condiciones
no creen poder mantener su negocio abierto por mucho tiempo más. Muchos se han visto
endeudados para darle una última oportunidad a sus locales. Esto les ha hecho ir adquiriendo
préstamos para pagar tanto a trabajadores como para mantener la actividad diaria. Estas deudas les han implicado en
situaciones insostenibles a los que muchos no encuentran salida.
¿Cómo lograr la recuperación financiera después de la COVID-19?

Sabemos que a día de hoy es difícil poder sacar una conclusión cierta de toda la situación que estamos viviendo. Por eso de cara a las empresas recomendamos tener un
plan de acción para que sobre todo tanto trabajadores como los propios dueños puedan
minimizar el impacto que generará esta crisis en sus negocios. Progresivamente, gracias a los
planes de rescate de los Gobiernos, las empresas pueden acogerse a ayudas como en este caso subvenciones que aportan estabilidad económica a los empresarios para que puedan hacer efectiva la contratación del personal. Por otro lado, una vez
las restricciones se van relajando y poco a poco la movilidad va volviendo a su cauce normal, creemos que el flujo económico que engloba turismo y comercio empezara a elevarse. Tal es este apunte, que se espera que en verano se pueda recuperar el
66% de la actividad turística. Por lo que se estima, que el
PIB turístico español alcance unos ingresos de aproximadamente
81.000 millones de euros, un 5
3% más que los del verano del año pasado, justo después de los meses de confinamiento.
Deudas, un escenario más que común después de la pandemia
Las deudas se han vuelto en algo más que común tanto para empresarios como para familias después de esta pandemia. Y es que España sufrió una caída del
PIB del 6,8% en 2020, el
mayor retroceso según apuntan los expertos
desde la Segunda Guerra Mundial.

La población empezó a caer desesperadamente en
trampas de intereses monstruosos por la adquisición de
préstamos para poder hacer frente a pagos del día a día o de negocios. Se estima que
casi un 40% de la población adquirió algún tipo de crédito desde que tuvo inicio la pandemia y que
ni una cuarta parte ha podido hacer efectivo el importe en el plazo acordado. ¿Qué implica esto? Que tal y como es el mecanismo de una deuda, conforme va pasando el tiempo y no se liquida ese impago,
los intereses irán creciendo hasta convertirse en algo muy difícil de satisfacer. A tanta gravedad ha llegado el asunto, que son muchos empresarios y familias los que
tendrán que responder con sus bienes inmuebles ante estas obligaciones de pago que tienen con las instituciones bancarias.
Ley de Segunda Oportunidad aplicado al COVID-19
Como bien sabemos, la
Ley de Segunda Oportunidad no es más que un
mecanismo que da la posibilidad tanto a
particulares como a autónomos de
renegociar sus deudas o de librarse totalmente o parcialmente de ellas. En aquellos casos donde se esté atravesando una
mala situación económica y no se tenga la posibilidad de hacer efectivo el pago de ninguna manera –
se deberán cumplir unos requisitos, no todo el mundo puede acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad-, se tendrá la posibilidad de
librarse de la deuda durante el tiempo que dure la situación de insolvencia o de quiebra.

De ese modo, todos aquellos
autónomos o particulares que hayan
obrado de buena fe, cumplan los requisitos estipulados y puedan certificar que de verdad se encuentran en una
situación insostenible, tienen la posibilidad de
acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad. ¿Quieres conocer si tu caso es candidato a beneficiarse de la Ley de Segunda Oportunidad? No esperes más y contacta con nuestros
especialistas abogados en renegociación de deudas. Se pondrán en contacto contigo para darte un trato personalizado y explicarte con todo lujo de detalles el procedimiento a seguir.
En
TUSEGUNDAOPORTUNIDAD contamos con numerosos casos de éxito y es por eso que nuestros clientes quedan encantados con nuestros servicios. ¡
No esperes más y conócenos hoy mismo!