Cuando una empresa se hunde en un pozo de deudas, a veces es difícil saber cómo hacer frente a los pagos. Esta situación está a la orden del día entre muchos profesionales y autónomos que los lleva a una situación de insolvencia insostenible. Por ello, muchos acaban cerrando definitivamente sus negocios delante de la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones de pago. Existen diversas soluciones jurídicas para acabar con este tipo de problemas que nos dan tanto dolor de cabeza. ¿Conoces el concurso de acreedores? ¿Sabes como puede ayudar a continuar con la actividad normal de tu negocio? Te lo explicamos detalladamente.
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¿Qué es el concurso de acreedores?
El concurso de acreedores es una herramienta que tiene como objetivo reflotar el negocio cuando se encuentra en una situación de crisis durante el proceso concursal. Una empresa puede solicitar acogerse a un concurso de acreedores cuando no dispone de la liquidez necesaria para hacer frente a sus obligaciones de pago.La Ley Concursal 22/2003 del 9 de julio de 2003 expone que solo podrán someter al concurso de acreedores las empresas que ‘no puedan cumplir con regularidad sus obligaciones de pago’.Para que se dé este supuesto, el deudor debe demostrar que su estado de insolvencia es actual o inminente. Si después del estudio se da fe de esta situación, se podrá deshacer de hasta un 50% de los créditos que estén clasificados como ordinarios.
¿En qué momento puedo solicitar un concurso de acreedores?
Primero debemos tener en cuenta que la empresa debe encontrarse en una situación de insolvencia. Es decir, que no puede hacer frente por ningún medio a sus obligaciones, ya sean de crédito, tributarias, salarios, indemnizaciones o de cualquier otro tipo. Cabe destacar que la Ley diferencia entre la insolvencia que la empresa tiene actualmente y la inminente. La situación de insolvencia inminente se da cuando el deudor prevé que no será capaz de cumplir sus obligaciones de forma regular y puntualmente.¿Cómo solicitar el concurso de acreedores?
Existen dos formas de solicitar un concurso:- Voluntariamente. La persona física o el responsable legal de la empresa es quién lo solicita de forma voluntaria. Si este responsable tiene conocimiento de que la empresa va a entrar en un estado de quiebra, su obligación es solicitar el concurso. Si se da el caso contrario, puede caer sobre el mismo multas o puede llegar a ser imputado si el juez considera que la quiebra ha sido provocada por fines ilícitos.
- Forzosamente. Esto se da si lo solicita alguno de los socios o los acreedores. Puede producirse cuando hay desavenencias con la dirección. El juez tramita la solicitud del concurso y es quien decide si finalmente se lleva a cabo o no.
¿Cuánto tiempo tengo para solicitarlo?
El deudor tiene un plazo de dos meses para solicitar un concurso de acreedores desde que conoce el estado de insolvencia de su negocio. Antes de que acabe este plazo legal, dispone de la posibilidad de informar al juzgado del inicio de las negociaciones para lograr un acuerdo de refinanciación de las deudas. También debemos tener en cuenta que desde que presentamos la comunicación, pueden iniciarse ejecuciones tanto judiciales como extrajudiciales de bienes o derechos que sean necesarios para la correcta continuidad de la actividad profesional del deudor. Mientras transcurre periodo de negociaciones, el deudor puede solicitar que el concurso no sea publicado en los registros pertinentes. Así, la situación financiera del deudor queda resguardada frente a la opinión ajena. Permite al deudor negociar su refinanciación sin la presión social que supone incurrir en un concurso de acreedores.Fases del concurso de acreedores
El concurso de acreedores se divide en cuatro fases:-
Fase común
- Se solicita la declaración del concurso. El juez estudia la solicitud y la posible aplicación de las medidas cautelares.
- Sale la resolución judicial declarando el concurso o se desestima la solicitud.
- Aquí se determina la masa activa que existe en la empresa.
- Se determina la masa pasiva y se clasifican las deudas que tiene la empresa. La clasificación se lleva a cabo entre especiales, generales, ordinarios y subordinados.
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Fase de convenio
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Fase de liquidación
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Fase de calificación